sábado, 31 de octubre de 2015

ASCALA AYUDA MIGRANTES Y REFUGIADOS 
POR Diariode3.com

Haitianos tratan de regularizar su situación en RD

SAN PEDRO DE MACORIS.— Julien Henrique trabajó más de 50 años en las plantaciones de caña de azúcar de la República Dominicana y lleva diez tratando de regularizar su status migratorio para poder cobrar una magra pensión.
A sus 92 años, Henrique acaba de tramitar por primera vez en su vida un pasaporte que lo acredita como ciudadano haitiano, el cual no sólo le da identidad legal, sino que le sirve para alcanzar el sueño de obtener la pensión por más de medio siglo de trabajo como peón en cañaverales dominicanos y que había reclamado infructuosamente durante más de una década.
“Uno que viene de Haití (a República Dominicana) no tiene nada”, se preguntaba Henrique poco antes de recibir, a finales de noviembre, su esperada pensión. “Uno viene a trabajar. Yo ya no puedo trabajar, no tengo fuerza, entonces, ¿cómo un viejo así como yo va a vivir?”, pregunta el haitiano en el batey Consuelito.
Miles de haitianos se encuentran en situaciones parecidas en la República Dominicana, donde no tienen existencia legal y deben soportar la hostilidad de los oriundos. Muchos de ellos, no obstante, están regularizando su situación migratoria y accediendo a beneficios que les fueron negados por décadas.
Personal de la Asociación Scalabriniana, una orden católica que ayuda a migrantes y refugiados, han estado recoriendo los bateyes donde viven los trabajadores de la caña de azúcar y ayudando a los haitianos, a menudo analfabetos, a llenar los formularios para que sean procesados por el consulado de su país natal. Esa organización, que recibe asistencia financiera de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, espera conseguir los papeles de al menos 5.000 haitianos este año, según Idalina Bordignon, directora de la filial dominicana de esa orden.
Grandes cantidades de haitianos cruzan cada año la frontera sin documentos ni permiso migratorio hacia la vecina República Dominicana en busca de trabajo y una mejor vida. Durante décadas, la poderosa industria cañera dominicana utilizó casi de forma exclusiva mano de obra haitiana.
Asistido por dirigentes comunitarios de Consuelito, con pasaporte haitiano en mano, Henrique acudió a finales de noviembre a recibir el primer cheque de 5.117 pesos (128 dólares) de su pensión mensual.
Pero además del cheque, Henrique confía en que finalmente podrá recibir tratamiento médico para el prurito que le afecta gran parte del torso desde hace más de seis meses y que por la falta de dinero y acceso a los servicios de salud no podía atenderse.
“Si voy a un médico, hay que pagar y no hay cuartos (dinero)”, dice. Por esa razón, tampoco nunca se ha atendido la pierna izquierda que se fracturó en 1957 cuando trabajaba como velador en el desaparecido ingenio Consuelo.
Henrique consiguió su pasaporte como parte del programa auspiciado por el Alto Comisionado para proveer documentos de identidad a inmigrantes haitianos en República Dominicana.
El programa no es gratuito: los beneficiarios, que viven en condiciones de miseria, en casas de madera y techos de zinc en los bateyes (comunidades dentro de los cañaverales) tienen que reunir ahorros para pagar una parte de los 80 dólares que cuesta el pasaporte en el consulado haitiano.
La otra parte del dinero es proporcionada por la agencia de Naciones Unidas y organizaciones no gubernamentales.
Pese a haber cotizado durante décadas para recibir su pensión y de contar con un carné del Instituto Dominicano de Seguros Sociales, los inmigrantes haitianos no habían recibido sus jubilaciones, por lo que han realizado diversas protestas a lo largo de los últimos diez años.
Además del carné del IDSS, las autoridades dominicanas exigen a los braceros haitianos que para solicitar el pago de la pensión “tengan acta de nacimiento” de su país y “ahora, para entregarles el cheque (de la pensión), les están exigiendo el pasaporte”, dijo a The Associated Press la religiosa calabriniana Bordignon.
La Asociación Scalabriniana ha realizado los trámites para que cerca de 2.000 inmigrantes haitianos de la zona cañera de San Pedro de Macorís, 75 kilómetros al este de la capital, adquieran el pasaporte.
Gonzalo Vargas Llosa, representante de la agencia internacional, dijo a The Associated Press que con ayuda de las hermanas calabrinianas y otras organizaciones no gubernamentales, más de 4.000 inmigrantes haitianos han recibido sus pasaportes. Los últimos grupos fueron entregados a unos 300 inmigrantes en San Pedro de Macorís, en octubre, y 150 en la provincia de Monte Plata a principios de diciembre.
“Esto evidentemente es muy pequeño comparado con el número enorme que hay de inmigrantes indocumentados, pero es un comienzo”, dijo Vargas Llosa.
Pero no todos han logrado ver el dinero de su pensión. Pese a contar con el pasaporte, acta de nacimiento y credencial que lo acredita como pensionado, Esilien Lucien, de 71 años, aún espera su primer cheque.
“No sé, yo fui como cinco veces a Santo Domingo, cada vez que fui me cogen el número de celular mío, pero nunca me llaman”, dice Lucien, quien trabajó como cortador de caña en el ingenio Santa Fe, de San Pedro de Macorís, desde 1962 hasta su cierre en 1999.
Tras el cierre de los ingenios que pertenecían al estado, Lucien ha permanecido en el batey Santa Fe, subsistiendo con ayuda económica de los mayores de sus seis hijos.
Ante las constantes protestas de los ex cañeros, el ministerio de Finanzas comenzó a pagar las pensiones a algunos de los ex trabajadores de los ingenios azucareros a finales de noviembre. Según la institución, en ese mes giró los primeros cheques para 2.482 jubilados.
El presidente Danilo Medina autorizó mediante decreto a finales de diciembre entregar las pensiones a otros 1.028 trabajadores cañeros.
“Nuestra prioridad eran los ancianos para que pudieran acceder a su pensiones como cañeros, y luego las mujeres para que puedan declarar (registrar) a sus niños”, detalló Bordignon.
La constitución dominicana que entró en vigencia en 2010 considera que los hijos de inmigrantes sin permiso de residencia no son dominicanos y al nacer deben ser registrados en el libro de extranjería y luego en el consulado de su país. Pero al carecer de documentos de identidad, las inmigrantes haitianas no pueden registrar en el consulado de su país a sus hijos nacidos en República Dominicana, por lo que quedan como apátridas.
Valérie Julian, representante de Naciones Unidas en República Dominicana, explicó a The Associated Press que “la apatridia es un tema para nosotros de suman importancia. Cuántos son (los apátridas de origen haitiano en República Dominicana), honestamente no los sabemos”.
“Con el pasaporte, yo podré registrar a los niños en el libro de extranjería”, dijo sonriente y con su escaso español Louselene Bien-Aimé, cuyos dos hijos menores, de 7 y 3 años nacidos en República Dominicana, no tienen acta de nacimiento ni dominicana ni haitiana.
Bien-Aimé, quien comparte con varias familias una casa alquilada en el batey Santa Fe, considera que con su pasaporte también le será menos difícil conseguir un trabajo o al menos continuar sus ventas callejeras sin miedo a ser detenida y deportada.
El tercer grupo que ACNUR ha priorizado para ayudarles a conseguir pasaporte es el de jóvenes inmigrantes que, aunque carezcan de residencia legal en República Dominicana, requieren de un documento oficial de identidad para trabajar.
“Hay muchos hoteles que no les exigen residencia (para darles trabajo), pero sí el pasaporte”, explicó Bordignon. Además, contar con un pasaporte les reduce las posibilidades de ser repatriados.
El pasaporte haitiano no les otorga a los inmigrantes el permiso para residir en República Dominicana, pero en las extensas zonas cañeras del este del país pueden moverse sin peligro a ser deportados.
“Me siento más que contenta, agradecida del señor, primeramente y luego a la autoridad que me han dado este preciosos regalo”, comentó en un claro español Julienne Prophete, de 62, mientras mostraba su pasaporte nuevo.
Prophete, quien llegó por primera vez a República Dominicana en 1971 y cuyos hijos nacieron todos en territorio dominicano, no sólo podrá cobrar la pensión por el trabajo que realizó en un ingenio cañero con su fenecido marido, sino que también espera viajar a su natal Ounaminthe para visitar por primera vez desde 1978 a su madre enferma en Haití.
“Ahora necesito la visa, me dicen que son 200 dólares” para reingresar a República Dominicana, detalla la mujer, que sobrevive mediante la venta de pan y otros productos básicos en su casa de cartón, madera y zinc en un batey de San Pedro de Macorís
Aunque tener el pasaporte haitiano no regulariza el estatus legal de los migrantes, “hay una enorme diferencia entre tener un documento que dice quién eres y no tener nada”, consideró Vargas Llosa, representante de ACNUR.
“Es una diferencia importante, porque les permite hacer una serie de trámites que no podrían hacer sin ese documento: no se podrían casar, abrir una cuenta de banco, tener un trabajo”, insistió el diplomático.
De acuerdo con estimaciones de la cancillería local, cerca de un millón de inmigrantes haitianos viven y trabajan en República Dominicana, sin contar con sus descendientes nacidos en el país.
—->Por AP

miércoles, 10 de junio de 2015


LA VIDA EN LOS BATEYES DE LA REPÚBLICA DOMINICANA.


Las comunidades bateyanas, que emergieron a principios del siglo XX en el marco de la industria azucarera, se han ido transformado con el paso de las décadas a merced de los cambios económicos y sociales, integrándose en el sistema administrativo del territorio nacional y dando lugar a una población multicultural donde conviven población migrante haitiana y dominicana.
En la actualidad, se estima que existen aproximadamente 425 bateyes en el territorio nacional, donde viven aproximadamente unas 200,000 mil personas. Según la última Encuesta Demográfica y de Salud realizada en los bateyes del Consejo Estatal del Azúcar (ENDESA BATEYES 2007), las condiciones de pobreza en estas comunidades siguen siendo de gran preocupación, arrojando indicadores de bienestar que se encuentran por debajo de los indicadores de país, tanto para el ámbito urbano como el rural. Algunos ejemplos son el desempleo, la tasa de analfabetismo, la falta de documentación, la desnutrición crónica y la prevalencia del VIH.


QUÉ SON LOS BATEYES DOMINICANOS
Los bateyes son comunidades dentro de las plantaciones de caña de azúcar, que surgieron como resultado de la migración de trabajadores, principalmente haitianos, hacia la República Dominicana a principios del siglo XX. Desde el declive de la industria azucarera en la República
Dominicana en los últimos veinte años, las oportunidades de trabajo son escasas, llevando a muchos residentes dejar estas comunidades en busca de medios alternativos para ganarse el sustento de sus familias.

CANTIDAD DE BATEYES EN REPUBLICA DOMINICANA
No ha existido mucha claridad en torno a la cifra exacta de bateyes en el país que incluya bateyes públicos (aquellos originalmente vinculados a la industria azucarera estatal) y privados. Sin embargo, se estima que existen aproximadamente 425, de los cuales 238 pertenecen al Consejo Estatal del Azúcar (CEA) y 186 son privados. La provincia de San Pedro de Macorís concentra poco más de una cuarta parte de los bateyes (tanto públicos como privados y tanto vinculados como desvinculados de la industria azucarera). Le siguen las provincias de El Seibo y Monte Plata, que suman otra cuarta parte. Otras provincias como Peravia, Independencia, Sánchez Ramírez y Valverde no suman 20 bateyes entre las tres.


CONDICIONES DE VIDA

De las personas que aún viven en los bateyes, se estima que alrededor de 200,000 viven en condiciones altamente precarias, con acceso limitado a servicios básicos como salud, educación, agua y servicios sanitarios.
Según la Encuesta Demográfica y de Salud (ENDESA) de 2007, casi el 20% de los niños menores de 15 años de edad viven sin sus padres, lo cual los pone en un alto riesgo de explotación. La tasa de analfabetismo es del 30% y sólo el 21% de los adolescentes asisten a la escuela secundaria. Casi la mitad (48%) de los niños menores de cinco años no tienen partida de nacimiento. El 85% de los adolescentes de 16 y 17 años de edad, no tienen cédula y, por tanto, tienen menos acceso a la matrícula universitaria, programas de formación profesional y empleo formal.

Foto de Raul Zeca


De manera similar, la desnutrición crónica es mayor en las comunidades de bateyes a nivel nacional y sólo el 36% de los niños (de 18-29 meses) han sido completamente vacunados.

El acceso al agua y al saneamiento es limitado y el 83% de la población carece de agua potable. El embarazo precoz es otro problema, que afecta a un 34,9% de los adolescentes en los bateyes. La prevalencia del VIH es mayor en los bateyes (3.2%) que a nivel nacional (0,8%), y el uso de condones para prevenir la transmisión del VIH entre los adolescentes es bajo.

El problema endémico de Registro Civil que al nivel nacional se calcula en más de un 20%, se agranda en las zonas de bateyes entre migrantes de nacionalidad haitiana y sus descendientes nacidos en la Republica Dominicana. Esta situación no hace más que profundizar la situación de pobreza y exclusión de estas comunidades, convirtiéndolas en blanco fácil para abusos y violaciones a los derechos humanos, no permitiendo o limitando su capacidad de acceder a servicios públicos y a acceder a sus derechos. 

Por otro lado, el bajo nivel de integración social a todos los niveles de un gran grupo de población en las comunidades en bateyes, unido a las precarias condiciones socioeconómicas en que sobreviven hace que tengan una muy pobre estructura asociativa.

FUENTE: Reporte de Estudio Línea Base. Proyecto Inter-agencial sobre Seguridad Humana en los Bateyes de la República Dominicana (ACNUR, PNUD, UNICEF) República Dominicana, Junio 2014.




ACTUACIÓN DE ASCALA


ASCALA (Asociación Scalabriniana al Servicio de Movilidad Humana) a dos décadas actúa en estas comunidades bateyanas desarrollando múltiplos servicio de atención y emancipación a estos migrantes, de acuerdo con la realidad y necesidades que componen este lamentable escenario. 



Hoy, con apoyo de instituciones, está presente en 75 bateyes de la región Yuma e Higuamo (Este de Republica Dominicana).  Estos pertenecientes a las provincias de San Pedro de Macorís, Hato Mayor, El Seibo, La Romana y La Altagracia.

Desarrolla acciones de visan la ¨promoción, desarrollo humano y social de los migrantes vulnerables y defensa de los derechos¨ por medio de actividades en el área de:
Asistencia Legal: Asesoría Legal, Inserción Social/Documentación, Defensa de Derechos y Promoción de la Ciudadanía.

Emprendedurismo: Seguridad Alimentaria, Enfrentamiento a Pobreza / Inserción Productiva, Desarrollo Socioeconómico Local.

Educación: Intervención Pedagógica/Apoyo Socioeducativo, Desarrollo Socioeducativo, Capacitación e Inserción Social.

Servicio Social: Atendimiento Social, Acceso a la Salud.


En los servicios prestados, ASCALA tiene como visión el implemento de iniciativas y acciones comunitarias en donde las personas se capacitan y se empoderan sobre temas y actividades con miras a la auto-sostenibilidad, a la autonomía y en general el despertar de un deseo de superación personal que libera de la subyugación y les permite crecer como entes sociales dándoles la capacidad de romper con las limitaciones y yugos existentes.



viernes, 22 de mayo de 2015

PROMOVER LA CALIDAD DE VIDA Y UNA ALIMENTACIÓN SANA 

La alimentación es una cadena de hechos que comienzan con el cultivo, selección y preparación del alimento hasta las formas de presentación y el consumo. Existen enfermedades que pueden prevenirse o mejorarse con una alimentación saludable. Hoy destacaremos algunos de los beneficios del huevo de codorniz. Un alimento con gran valor nutricional, rico en proteínas, vitaminas y minerales. 

Beneficios para la salud de los huevos de codorniz

El consumo regular de huevos de codorniz nos ayuda en la lucha contra muchas enfermedades. Se trata de un combatiente natural contra los trastornos del tracto digestivo, como las úlceras de estómago. Los huevos de codorniz refuerzan nuestro sistema inmune, promociona la salud de nuestra memoria, aumenta la actividad cerebral y estabiliza el sistema nervioso. Estos huevos nos ayudan con anemia al aumentar los niveles corporales de hemoglobina mientras que van eliminando toxinas y metales pesados. Los chinos utilizan los huevos de codorniz con el fin de ayudar a tratar la tuberculosis, el asma e incluso la diabetes. Si tienes problemas con las piedras de riñón, de hígado o de la vesícula biliar, los huevos de codorniz pueden ayudarte a prevenir y eliminar este tipo de piedras. 

Curiosidades
Los niños que comen huevos de codorniz son menos propensos a sufrir enfermedades infecciosas que los niños que no los comen. 
El consumo de huevos de codorniz, mejora el color de la piel y fortalece el cabello. Esta es la razón por la que los huevos de codorniz están presentes en algunas fórmulas de cuidado facial y capilar. 

Nutrientes de los huevos de codorniz 
Los huevos de codorniz son un alimento rico en vitamina B5 ya que 100 g. de este alimento contienen 1,76 ug. de vitamina B5. Este alimento también tiene una alta cantidad de vitamina B2. La cantidad de vitamina B2 que tiene es de 0,79 mg por cada 100 g. Entre las propiedades nutricionales de los huevos de codorniz cabe destacar que tiene los siguientes nutrientes: 3,65 mg. de hierro, 13,05 g. de proteínas, 64 mg. de calcio, 0 g. de fibra, 132 mg. de potasio, 13 mg. de yodo, 1,47 mg. de zinc, 0,41 g. de carbohidratos, 13 mg. de magnesio, 141 mg. de sodio, 90 ug. de vitamina A, 0,43 mg. de vitamina B1, 3,53 mg. de vitamina B3, 0,15 mg. de vitamina B6, 0 ug. de vitamina B7, 66 ug. de vitamina B9, 1,58 ug. de vitamina B12, 0 mg. de vitamina C, 5,07 ug. de vitamina D, 0,74 mg. de vitamina E, 0,30 ug. de vitamina K, 226 mg. de fósforo, 155 kcal. de calorías, 844 mg. de colesterol, 11,20 g. de grasa, 0,41 g. de azúcar y 0 mg. de purinas. 

 Por su relevante aporte de proteínas, los huevos de codorniz son eficientes para el adecuado crecimiento y desarrollo del organismo, favoreciendo las funciones: estructural, inmunológica, enzimática, homeostática y protectora-defensiva. 

(Fuente: alimentos.org.es) 

  INCREMENTE EN SU ALIMENTACIÓN 
Y AGREGUE EN SU SALUD


 PRODUCTO EN VENTA

 En ASCALA - Asociación Scalabrinaiana al servicio de la movilidad Humana
 Carretera Mella, próximo al Batey Don Juan, Consuelo, San Pedro de Macorís.
contáctenos: 809 729 4749
                   ascala.ascala@hotmail.com


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martes, 28 de abril de 2015


DESARROLLO COMUNITARIO

El entusiasmo y el deseo de Desarrollo y mejoría social, marcan la Reunión video por-conference Entre los lideres del Batey Monte Coca y el grupo de Ingenieros Sin Barrera (Ingenieros sin Fronteras) de la Universidad Estatal de Michigan (Michigan State Capítulo Universidad) con Apoyo y mediación de ASCALA. 

Juntos sumando fuerzas para transformar!

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VOLUNTARIADO

ASCALA tuvo la alegría de recibir 10 voluntarios coreanos, de KOICA (Korea International Cooperation Agency) que realizaran una maravillosa labor delimitando las instalaciones de ASCALA con barrera viva. Nuestro agradecimiento.


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